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Tutto L’arco

Tutto l’arco

(Photo by May Zircus/L’Auditori)

By JOSUÉ BLANCO     OCT. 1, 2017

“Desde la música y la cultura no podemos ni queremos callar delante de la violencia. L’Auditori reafirma su compromiso en defensa de los derechos civiles, la democracia y la libertad.”

Con este fragmento del comunicado de l’Auditori de ayer se puede entender lo que vivimos en la sesión dominical del inicio de temporada de la OBC. Era un día expectante en parte y emocionante a la vez, aún así la OBC cumplió con su compromiso con el público. Lo explicó muy bien el director de l’Auditori Joaquim Garrigosa Massana en un pequeño parlamento al inicio del concierto, donde reconoció la labor de la OBC en defensa de la cultura así como lo hico la misma orquesta en sus antecedentes, la Orquestra Pau Casals.

Como ya señalamos en el comentario a la rueda de prensa del jueves el concierto también se veía condicionado por los últimos incidentes en la Rambla de Barcelona como señaló Kazushi Ono, que le llevaron a añadir la obertura Egmont de Beethoven al programa, un programa ya de por si significativo y apasionante: El Concierto para Violín de Txaikovksy y la 3ª Sinfonía “Heroica” de Beethoven. Dos obras relevantes tanto del repertorio sinfónico como concertante, dos obras marcadas por el renacer de dos compositores hundidos por sus situaciones personales y que supieron hacer brillar su llama artística resurgiendo a través de la música.

Se planteaba pues una jornada marcada por la emoción y la capacidad de la música de ser un “bálsamo para el alma” como señalaba Julian Rachlin, el solista del Concierto para Violín de Txaikovsky, en la rueda de prensa del jueves.

Los primeros acordes de Egmont avivaron todos estos sentimientos. Un inicio perfecto para un concierto como este. Una obertura donde Beethoven concentra todos los motivos fundamentales de la obra en 8 minutos de dramatismo, sobrecogimiento, pasión beethoveniana y también esperanza. Una sola obertura que explica toda una obra y hasta el mismo pensamiento de un compositor tan comprometido con la música y su tiempo como es Beethoven.

Txaikovsky fue duramente criticado en su momento por escribir una obra como su Concierto para Violín, Julian Rachlin, a mi parecer, nos demuestra el porqué: Pasión, energía y mucho arco, un solo individuo se enfrenta al poder de toda una orquesta. El virtuosismo desenfrenado, las melodías deliciosas, todo un conjunto singular que hacen del concierto para Violín uno de los mas conocidos e interpretados, aún así la personal versión de Rachlin sin duda puso sobre el escenario la compenetración con Kazushi Ono y la OBC.

El pastel se coronó con la gran 3ª Sinfonía de Beethoven, la “Heroica”. Sinfonía singular que se desmarca de la tradición sinfónica del momento, no solo en la forma y el tamaño, también en los colores armónicos y la orquestación, cabe señalar el detalle de la 3ª trompa y como trata Beethoven este instrumento a lo largo de la sinfonía y en concreto el magnífico trio del Scherzo. Obra maestra en definitiva que marcó un nuevo camino en el lenguaje propio del compositor y los que sabiamente supieron seguir sus pasos. Una sinfonía que nos señala a un Beethoven comprometido con la música y con su tiempo como señalábamos anteriormente y que pone de manifiesto una de las facetas de la música como expresión del carácter humano, un lenguaje de dignidad y expresión máxima de la libertad.

Emoción sin duda en un prometedor inicio de temporada. Bravo a los músicos de la orquesta por su impecable papel, bravo a Julian Rachlin por su pasión sin límites en un concierto que lo exigía, bravo a Kazushi Ono por su dirección y elección de estas obras maestras y bravo a l’Auditori i la OBC por estar a la altura de las expectativas poniendo a la música por delante.

1 d’Octubre de 2017, Tel. 932-479-300, auditori.cat

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